La ermita de San Miguel de Izaga es la referencia sobre la que gira la vida de todo un valle cargado de historia y de encanto. Izagaondoa es uno de esos valles que, pese a su proximidad a Pamplona, se mantiene libre de urbanizaciones, con todo lo que eso supone de esfuerzo permanente por mantener su identidad y por mantener habitadas sus casas.
En un paisaje de ensueño conviven pueblos pequeños, pueblos muy pequeños, despoblados que todavía se mantienen en pie, y despoblados de los que ya solo queda el topónimo. A todos ellos, sin excepción alguna, va dedicado este blog, con la confianza, deseo más que confianza, de que ningún pueblo más se muera, de que la memoria florezca y se conserve. ______________________________________